domingo, abril 30, 2006

Lacroze

Lacroze y Corrientes. La dársena central es la misma de siempre, el 123 espera y la lluvia cae. Estoy acá como tantas veces, casi como siempre. Esta vez los movimientos son más lentos, el tiempo no corre a la velocidad usual porque estamos juntos. Por primera vez tu actitud es diferente, estás ahí y en vez de hacer un millón de chistes estupidos estas callado; yo espero, es lo que mejor me sale. Finalmente la escena soñada se está cumpliendo, nos escuchamos pero no se oye nada. Veo a la distancia lo ocurrido como si fuera la escena de una película romántica. Siento mariposas en el estómago. Por fin llegó el momento.
Sigo con los ojos abiertos pero ya no estoy soñando. Estoy frente a la computadora, en la oficina, marchitandome como siempre. Soñando. Escribiendo para demorar la muerte.


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