miércoles, mayo 31, 2006

Anochecer

El día está finalizando y sigo aquí esperando. Todas las tardes me siento, preparo mate y espero. Hace tiempo se fue, lo mandaron de viaje. Recuerdo que volvíamos de unas hermosas vacaciones en un paraje que el progreso destruyó. Eramos felices, o al menos yo lo era. Se fue y nunca volvió, no se que fue de él. Sigo aquí, esperando. Los años pasan, me parezco a mi abuela en sus últimos días. Ya no queda nadie con quien recordar cuando y como lo perdí. Nadie lo recuerda, no sobrevivió nadie que me haya conocido en aquella época feliz. La tarde termina y todo se va tornando cada vez más oscuro, en poco tiempo seguro nos reencontraremos.

viernes, mayo 26, 2006

No vale la pena

A saber que los siguientes puntos forman parte de una larga lista que según tus palabras no valen la pena de intentarlo:

  • 6 años juntos
  • Comprar un departamento en capital (donde nos gustaba a los dos)
  • Cuidar a nuestra gata
  • Proyectar un viaje por Europa para conocer los lugares que soñamos
  • Alegrarnos con los logros del otro
  • Cuidarnos cuando uno de los dos lo necesitaba
  • Acompañarte a ver X-men
  • Acompañarme a ver Harry Potter
  • Ver tu cara cuando conseguías un DVD inédito de algún actor y/o obra que añoras
  • Sostenerte cuando tu familia te necesitaba y te apoyabas en mi

La lista puede ser interminable y aun así no va a expresar todo el dolor que sentí cuando respondiste “La relación no vale la pena”. Solo puedo contestarte que hay un millón de cosas que valen la pena pero hay una sola importante en todo esto y que no hiciste. Hubiera valido mucho la pena si hubieras hablado conmigo y me hubieras considerado como la persona que formaba parte de una totalidad que éramos nosotros dos.

martes, mayo 16, 2006

En tu intento desesperado por hacerme inmensamente feliz te olvidaste de mí.

lunes, mayo 15, 2006

Rutina

Mis manos están resecas. Las examino, entrecruzo los dedos y pienso "Debo ponerme crema". La operación se cumple milimetricamente. Respiro, las miro mientras la piel va sintiendo alivio. Estas operaciones automáticas son parte de la rutina, nunca tuvieron significado y ahora son parte importante de mi vida. Me pongo los auriculares y escucho música. Todos a mi alrededor cumplen sus tareas al ritmo de mi música, el mundo está mudo, nadie habla, nadie dice nada. Estoy sola, encerrada en mí y veo por mis ojos como a través de una ventana. Esta soledad está más vacía aún y simplemente la contemplo en silencio.

domingo, mayo 14, 2006

Intentando: el relato de alguien que se canso

Parece que cierto tipo de mujeres; aquellas fuertes, trabajadoras, independientes, tenemos algunas tendencias a acumular inseguridades debajo de la alfombra. La lista puede ser larga y la dualidad de los sentimientos es desestabilizadora. Una persona cuerda no puede sostener una imagen doble por mucho tiempo sin dudar de su estabilidad. Es mi caso. Diariamente me levanto de la cama para completar mi rutina de trabajo y estudio cuando no quiero hacer ninguna de las dos cosas.
Por empezar el trabajo que tengo me desagrada pero debo hacerlo para mantenerme. En la otra esquina está el estudio que es algo que siempre quise hacer pero por la vida misma ahora siento que no puedo continuarlo. Como tercer punto en mi vida está la recientemente adquirida soltería, a la fuerza obvio, que me tiene a maltraer porque tengo 6 años fuera de la cancha. Apesta. La vida no es una película aunque uno cierre los ojos y se obligue a quedarse en la cama un rato más para perpetuar el momento correcto e ideal que se desvanece al iniciar la rutina.
Mientras estos pensamientos surgen suena de fondo Nina Simone y me repite una y otra vez "Just in time" pero siento que no es justo a tiempo. No soy Celine y Jesse no está caminando a mi lado por las calles de Paris. Por más que le cante una canción a mi Jesse no tendre esa noche de pasión que recordará aquella vieja aventura, porque la aventura nunca existió, porque la noche de pasión fue sólo una ilusión. Vivo a ilusiones. La realidad me devuelve implacable una y otra vez a la rutina, allí donde todos esperan ver mi fuerza, mi decisión, mi monotonía.


miércoles, mayo 10, 2006

A los chocolates, golosinas...


En muchas oportunidades escuche comparaciones entre el amor y los chocolates, el amor y los bombones y otro tipo de parangones pseudo románticos (para mí bastante cursis) pero sinceramente pocas veces han comparado el amor con caramelos o por lo menos yo nunca escuche un paralelo así. Durante una de esas largas charlas telefónicas que una a veces sostiene con sus amigos, sobre todo en casos de abandono como el mío, fui oyente del
dulce paralelo trazado. ¿Qué puedo decir al respecto?...Un millón de cosas. Por empezar no me quedaron claras varias cosas. Todo se inició con el planteo de una ex ex novia que arguyó alguna vez (utilizando los caramelos obvio) que la persona en cuestión tenía una capacidad de amar diferente a la de ella. Entonces en ese punto de la comparación estabamos en una relación inversamente proporcional de cariño -si, sí, la cosa se pone matemática- luego de 30 minutos de monólogo comenzamos a perder proporcionalidades y resultó que el tema de los caramelos pasó a ser la potencia de algo (da lo mismo si n o x) por lo que yo ya estaba un tanto perdida entre tanto tema matemático y golosinero. En fin luego de 20 minutos más de charla me di por vencida porque no entendía si tenía que hacer una progresión aritmética, una ecuación cuadrática o resignarme a ser la Bridget Jones del 5to mundo.

Una conclusión pude obtener. Tengo un amigo hombre que habla más que yo y por supuesto el hablar con él no sólo me reconfortó sino que también me mareó.