La forma de la pasión silenciosa
Ana calla. Cumple su rutina laboral con hastío, lo transpira y en el brillo de su piel se le nota. Todas las tardes espera el horario de salida para llegar al extasis. Esas horas de baile vespertino la ayudan a sobrevivir. Lisa no se conforma, nunca, ni siquiera cuando está bien. Parece un vicio, como el cigarrillo que dejó, obtenido desde la más tierna infancia. Cada día se parece más a su madre pero no puede evitarlo, la aterra la imposibilidad de evitar ése destino fatal. No quiere ser una inconformista. Quiere levantarse todas las mañanas y agradecer a la vida por dejarse ser vivida.
Greta. Extravagante como su nombre lo indica todo es exageración en en su vida, o al menos en una parte de ella. Si pudiera describirla utilizaría objetos para conformar una imagen de ella. Plumas, brillos y animal prints. Debajo de tanta textura hay alguien sensible que sufre.
La forma de la pasión silenciosa las invade.