sábado, junio 10, 2006

Bella

Cruza el puente todo los días. Camina por el Abasto y llega al trabajo. Es duro ser ella, es perfecta pero todavía no lo sabe. Esta sola, se levanta y carga el bolso, ahí guarda frustraciones. Si alguien pudiera abrirlo destaparía la caja de Pandora. Lo necesita desesperadamente, lo idealiza, le permite de todo y a su vez nada porque lo quiere, quizás no lo ame pero necesita tanto ese afecto que le da bronca sentir lo que siente. Él es indiferente, ese papel le sale perfecto. Vuelve por la noche a su casa, cocina, cumple con la rutina. Esta cansada, se sienta y piensa, estudia una estrategia que le de motivos para levantarse al otro día, para sobrevivir una vez más al sopor que le da vivir. Lo logra, todos los días tiene éxito. Ella es perfecta pero aún no se da cuenta, es única pero cree que no lo vale y se rebaja a amarlo aunque le cueste la vida.

martes, junio 06, 2006

El descanso del Kimono

Un día más, el acero y el gris. El calor sube y queda atrapado entre el firmamento de espejos y el suelo. La gente transita enloquecida como es costumbre, la ciudad despierta. Ese paraíso de concreto y metal se yergue a diario y demuestra al mundo que vivir como en ciudad Gótica no es tan malo. Hombres y mujeres circulan acelerados hacia sus trabajos, la vida los lleva. Hay taladros por todas partes. En cierta forma el camino se recorre con tedio, casi no hay cosas fortuitas, la vida es así y así será por siempre. El azar es algo que ya ni está presente en los juegos. El mundo ha evolucionado en esta dirección y todas las ciudades son exactamente iguales, copiadas con carbónico.
Allí está, en cuclillas en medio de la habitación. Las paredes son de madera y papel, el aroma a incienso vuela e inunda el ambiente. Su larga cabellera negra cae sobre el kimono, todo contrasta, el rojo de la tela y el negro del pelo. El papel blanco se distingue claramente de la
madera. La luz abarca toda la sala. Sigue allí y parece no moverse.
Cada vez más taxis surcan los senderos metropolitanos. Las calles se visten de amarillos. Parece que tanta locura podría plasmarse con algún buen swing, suena de fondo Royal Crowne Review o podría sonar, de todos modos nadie lo notaría. Están todos demasiado inmersos en su rutina como para sentir los platillos de fondo, o el claxon de las bocinas.
Respira paz, parece acompasar el ritmo de sus pulmones. Cada vez más luz. Hay un paraíso allí y está al alcance de la mano. De pronto un pie se adelanta, el otro acompaña el movimiento. Comienza a reincorporarse. La cabeza permanece dirigida al suelo. Recorre los pocos metros que la separan de una de las tantas puertas que circundan el lugar.

Gris, amarillo y acero. Se abren las puertas y la luz invade el espacio, todo se paraliza y el silencio pueblo la ciudad.




lunes, junio 05, 2006

Teoría sobre el rosa y de como las princesas se dan cuenta que no existen...

De chica prefería jugar con mis primos a la guerra o imaginar que salíamos de excursión por la selva a cazar animales salvajes. Con los años y los reiterados juegos masculinos digamos que no me transforme en la Raulito pero mas o menos. Como toda historia oficial siempre hay una versión no autorizada por el autor y ahí surge una parte de mí que teme revelar este profundo secreto: "¡Alguna vez quise ser modelo! HORROR" creo que puedo
decirlo porque no me están mirando a la cara en estos momentos pero piensen sinceramente, una nena que vivía siempre con moretones en las piernas y golpeandose a puño cerrado con sus compañeros no puede tener oculto ese secreto, entonces ha llegado el momento, meses antes de cumplir los treinta y muy lejos de la altura ideal lo he dicho. Las conjeturas posteriores a percibir que la altura -por citar un ejemplo- no me permitiría desempeñarme
en tan noble profesión fueron producto de mucha introspección y frustración:
  • Para sopesar la falta de aptitudes físicas debo apelar al más ácido de los humores.
  • A la hora de conseguir trabajo debo demostrar la mayor cantidad de conocimiento
    posible. Abrumar a la gente hará que no noten mis defectos.
  • La opción Woody Allen siempre es positiva, si a él le funcionó xq no a mí.
  • Ser femenina no es una opción para las mujeres inteligentes.

Estas son sólo alguna de las ideas que tuve al respecto y que sirvieron para atacar la "cuestión femenina" que se me venía encima. En fin, nunca tuve demasiada suerte con estos temas, tengo prácticamente una fobia al color rosa (color adolescente por excelencia) y tecnicamente fui bastante fiel a mis pensamientos altruistas acerca del conocimiento, la inteligencia y el saber como fin último. El único problemita es que cada tanto me pinta ese maldito pensamiento pseudo femenino en el que deseo que un principe azul venga, me rescate y automáticamente se solucionen mis complejos, que desaparezcan mis resentimientos de mujer abandona y que la vida color de rosa me vuelva a sonreir, porque SOY UNA PRINCESA ¿O no?