lunes, junio 05, 2006

Teoría sobre el rosa y de como las princesas se dan cuenta que no existen...

De chica prefería jugar con mis primos a la guerra o imaginar que salíamos de excursión por la selva a cazar animales salvajes. Con los años y los reiterados juegos masculinos digamos que no me transforme en la Raulito pero mas o menos. Como toda historia oficial siempre hay una versión no autorizada por el autor y ahí surge una parte de mí que teme revelar este profundo secreto: "¡Alguna vez quise ser modelo! HORROR" creo que puedo
decirlo porque no me están mirando a la cara en estos momentos pero piensen sinceramente, una nena que vivía siempre con moretones en las piernas y golpeandose a puño cerrado con sus compañeros no puede tener oculto ese secreto, entonces ha llegado el momento, meses antes de cumplir los treinta y muy lejos de la altura ideal lo he dicho. Las conjeturas posteriores a percibir que la altura -por citar un ejemplo- no me permitiría desempeñarme
en tan noble profesión fueron producto de mucha introspección y frustración:
  • Para sopesar la falta de aptitudes físicas debo apelar al más ácido de los humores.
  • A la hora de conseguir trabajo debo demostrar la mayor cantidad de conocimiento
    posible. Abrumar a la gente hará que no noten mis defectos.
  • La opción Woody Allen siempre es positiva, si a él le funcionó xq no a mí.
  • Ser femenina no es una opción para las mujeres inteligentes.

Estas son sólo alguna de las ideas que tuve al respecto y que sirvieron para atacar la "cuestión femenina" que se me venía encima. En fin, nunca tuve demasiada suerte con estos temas, tengo prácticamente una fobia al color rosa (color adolescente por excelencia) y tecnicamente fui bastante fiel a mis pensamientos altruistas acerca del conocimiento, la inteligencia y el saber como fin último. El único problemita es que cada tanto me pinta ese maldito pensamiento pseudo femenino en el que deseo que un principe azul venga, me rescate y automáticamente se solucionen mis complejos, que desaparezcan mis resentimientos de mujer abandona y que la vida color de rosa me vuelva a sonreir, porque SOY UNA PRINCESA ¿O no?

1 comentario:

Lisa dijo...

Es cierto pero desprenderse de la inocencia siempre es triste, sea a los 10, a los 30 o a los 50. Voy a formar un bloque de resistenci contra los hombres asesinos de los principes azules (o de la ilusión de que ellos existen).
Igual gracias porque se que me lo decís para ayudarme.
:)