miércoles, mayo 10, 2006

A los chocolates, golosinas...


En muchas oportunidades escuche comparaciones entre el amor y los chocolates, el amor y los bombones y otro tipo de parangones pseudo románticos (para mí bastante cursis) pero sinceramente pocas veces han comparado el amor con caramelos o por lo menos yo nunca escuche un paralelo así. Durante una de esas largas charlas telefónicas que una a veces sostiene con sus amigos, sobre todo en casos de abandono como el mío, fui oyente del
dulce paralelo trazado. ¿Qué puedo decir al respecto?...Un millón de cosas. Por empezar no me quedaron claras varias cosas. Todo se inició con el planteo de una ex ex novia que arguyó alguna vez (utilizando los caramelos obvio) que la persona en cuestión tenía una capacidad de amar diferente a la de ella. Entonces en ese punto de la comparación estabamos en una relación inversamente proporcional de cariño -si, sí, la cosa se pone matemática- luego de 30 minutos de monólogo comenzamos a perder proporcionalidades y resultó que el tema de los caramelos pasó a ser la potencia de algo (da lo mismo si n o x) por lo que yo ya estaba un tanto perdida entre tanto tema matemático y golosinero. En fin luego de 20 minutos más de charla me di por vencida porque no entendía si tenía que hacer una progresión aritmética, una ecuación cuadrática o resignarme a ser la Bridget Jones del 5to mundo.

Una conclusión pude obtener. Tengo un amigo hombre que habla más que yo y por supuesto el hablar con él no sólo me reconfortó sino que también me mareó.

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