Sabores II
En este camino gustativo que me lleva a otros momentos de la vida recuerdo las mañanas en Las Toninas. Hace muchos años, cuando era chiquita, pasaba todavía por las calles de Las Toninas el lechero con la vaquita y la leche recién ordeñada. Así me despertaba la nonna: leche hirviendo en la hornalla para matar los gérmenes y tostaditas con manteca. Jamas volví a sentir ese aroma en el aire matinal de verano. Lo extraño tanto.
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