martes, julio 11, 2006

Cuasi perfecto, cuasi imperfecto

Cómo salidos de una novela romántica me encuentro frente a una dicotomía y creanme que no es de las sencillas. La primer similitud es la protagonizada por la dupla de galanes yuxtapuestos: Daniel Cleaver y Mark Darcy en "El diario de Bridget Jones".
Cleaver era lindo e inteligente, combinación fatal para aquellas que gustan sufrir el amor de un cretino simpático. Darcy por su parte tenía elementos torturadores pero era amable, cariñoso y atractivo. Esta dupla, o una muy parecida, la he vivido casi continuamente en mi vida y creanme es insoportable el nivel de angustia que se puede alcanzar. A ver, si una se la pasa rompiendo las bolas por años con que te gusta un cretino, le parte la cabeza a las amigas y da vueltas el tema 80 mil veces sin encontrar respuestas cuando llega finalmente el bombon simpático que te gano por dulzura tus amigas te quieren matar. La verdad es que si una amiga mía tuviera tantas vueltas como las tengo yo seguramente no seríamos amigas. Es que parece que el bien y el mal se complotan contra una justo en el momento en que la resignación formaba parte de la decisión final. Ahí está parada una, equidistante de los dos extremos, el cuasi perfecto principe de cuento de hadas y el cuasi imperfecto chanta que te parte la cabeza sin explicación. Dirigirse hacia uno de los dos puntos puede ser uno de los riesgos más grandes de tu vida, el principe puede no ser tan perfecto y el chanta puede ser menos defectuoso de lo que una imaginaba. Pero... ¿cómo dejar de idealizar ambas figuras? ¿Se puede probar cada bombon y quedarse con el más apetitoso? Lamentablemente esta respuesta me la se: NO.

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