domingo, agosto 19, 2007

Ceremonia del te

Algo cobró importancia en mí vida durante los últimos años. La ceremonia del te. Por supuesto que mi ceremonia del te poco tiene que ver con la original costumbre japonesa de servir te. Hace algunos días y como consecuencia del intenso frío porteño decidí otorgarme uno de los hermosos placeres de la vida. Camino al trabajo me compré un chocolate semiamargo. Al llegar me preparé un riquisimo te de frutilla. Sin azucar, sin nada agregado, tomé ése elixir de placer con mucho cuidado. Estaba en un oasis, nada me perturbaba. Un bocado de chocolate, un sorbo de te. Repeti la misma acción hasta terminar cuidadosamente con ambos, último sorbo de te, último bocado de chocolate. Placer puro.

No hay comentarios.: